(NdeE: Ay, pensé que eran los de Tan Bionica)
Todo lo bueno dura poco y los Libertines no fueron la excepción. Allá por el año 2002 Pete Doherty y Carl Barat daban a luz el disco que iba a cambiar la escena musical británica.
Up the bracket fue como una trompada en la cara para esos pibes ingleses que miraban de reojo y con cierto recelo lo que pasaba del otro lado del charco. Ellos tenían a los Strokes, chabón!
Es increíble como doce canciones, con poco menos de 40 minutos de duración, pueden marcar tanto a una generación.
El disco, influenciado por los excesos, el punk/indie-rock (recordemos que el mismísimo Mick Jones lo produjo) y la cultura inglesa, nos deja una sensación de frescura y adrenalina, que pocas cosas nos pueden dar.
La portada del disco ya nos anticipa con que vamos a encontrarnos. En ella se puede ver a una patrulla antidisturbios en medio del bardo del 2001 de la Argentina.
Si hablamos de las canciones que lo componen, podemos destacar las fervorosas “Death on the stairs” (imposible no enamorarse de la voz de Pete), “Boys in the band” y el ya himno “Time for heroes”.
“Radio America” y todo su encanto, es una especie de respiro a tanta agitación, cerrando así la primera parte.
El lado B nos hace entrar nuevamente en calor. “Up the bracket” (clara referencia a la falopa), “The boy looked at Johnny” y “Begging” mantienen la fuerza de los primeros temas.
Casi cerrando el disco aparece la nostálgica y pseudo-apocalíptica “The good old days” en la cual Pete nos dice: -“If you lost your faith in love and music the end won´t be long”. Nada más cierto…
Se lo recomienda escuchar: En las calles de Londres, ya con un par de birras encima, yendo al bar a seguir escabiando con tu novia o amigos. Ok, si vivís en Constitución también aplica.
Up the bracket fue como una trompada en la cara para esos pibes ingleses que miraban de reojo y con cierto recelo lo que pasaba del otro lado del charco. Ellos tenían a los Strokes, chabón!
Es increíble como doce canciones, con poco menos de 40 minutos de duración, pueden marcar tanto a una generación.
El disco, influenciado por los excesos, el punk/indie-rock (recordemos que el mismísimo Mick Jones lo produjo) y la cultura inglesa, nos deja una sensación de frescura y adrenalina, que pocas cosas nos pueden dar.
La portada del disco ya nos anticipa con que vamos a encontrarnos. En ella se puede ver a una patrulla antidisturbios en medio del bardo del 2001 de la Argentina.
Si hablamos de las canciones que lo componen, podemos destacar las fervorosas “Death on the stairs” (imposible no enamorarse de la voz de Pete), “Boys in the band” y el ya himno “Time for heroes”.
“Radio America” y todo su encanto, es una especie de respiro a tanta agitación, cerrando así la primera parte.
El lado B nos hace entrar nuevamente en calor. “Up the bracket” (clara referencia a la falopa), “The boy looked at Johnny” y “Begging” mantienen la fuerza de los primeros temas.
Casi cerrando el disco aparece la nostálgica y pseudo-apocalíptica “The good old days” en la cual Pete nos dice: -“If you lost your faith in love and music the end won´t be long”. Nada más cierto…
Se lo recomienda escuchar: En las calles de Londres, ya con un par de birras encima, yendo al bar a seguir escabiando con tu novia o amigos. Ok, si vivís en Constitución también aplica.
Para bajar el disco hacé click en el siguiente enlace: http://narod.ru/disk/ 65350463001. f0eb422af0370068a74b88043e7df8 6b/LosLibertinos.rar.html
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