A través de un amigo periodista pude localizar a un periodista nigeriano, Adetokunbo Abiola, quien dijo que conocía a los llamados "Gadawan Kura", los manipuladores o guías de hienas.
Unas semanas más tarde me encontraba en un avión con destino a Lagos. Abiola me recibió en el aeropuerto y tomamos un micro hasta Benin en donde el hombre de las hienas había accedido a reunirse con nosotros. Estos hombres resultaron ser un grupo de juglares ambulantes, artistas, que utilizan los animales para entretener a las multitudes y vender medicamentos tradicionales. Todos los cuidadores se conocen entre sí y practican una tradición transmitida de generación en generación. Pasé ocho días viajando con ellos.
La primer serie de imágenes ha causado diferentes reacciones de la gente: curiosidad, incredulidad y rechazo. Muchos grupos de derechos de los animales también se pusieron en contacto conmigo con ganas de intervenir, sin embargo, estas personas tienen permiso del Gobierno de Nigeria.
Abdullahi Ahmadu tenía 15 años cuando se unió al negocio de su padre en la pequeña ciudad de Malumfashi en el estado de Katsina, Nigeria. Ahmadu tuvo que conseguir su propia hiena. Su abuelo le enseñó a atrapar y controlar a los animales y le enseñó los encantos que ayudan a someter a las criaturas y protejerse de los daños. Hoy, Abdullahi es un cuidador de animales con experiencia de más de treinta años que viaja a través de Nigeria como parte de un grupo de artistas incluyendoa su hermano menor, Yahaya y otros miembros de su familia. Juntos trabajan con tres hienas, dos pitones y cuatro babuinos. Según Abdullahi, esta es una tradición exclusiva de su familia.
Los cuidadores de animales hacen uso de hierbas, brebajes, polvos y conjutos para capturar y entrenar a los animales. Creen que los humanos son capaces de transformarse en animales. Cuando se encaminan en una expedición, Abdullahi y sus socios beben una poción como protección, viajan a las cuevas y los bosques del norte de Nigeria acompañados de perros de caza. Los jóvenes utilizan una potente linterna para iluminar el camino creyendo que la poción que bebieron los hace invisible al animal. En la entrada de la guarida del animal recitan conjuros y lanzan un tranquilizante tradicional africano en sus caras dejándolos confundidos y fácil de dominar.
El animal es sometido durante uno o dos meses de entrenamiento. Debe aprender a convivir con otros animales y humanos y participar de diferentes tipos de juegos sin llegar a ser violentos. A cambio, se los alimenta con desechos de mataderos, generalmente se les da una cabra una vez cada tres días para evitar que se vuelvan agresivos. Mantener buenas relaciones requiere tacto, dice Abdullahi.
1. No estaba al tanto de que las hienas eran tan grandes, en mi ignorancia pensé que eran más chicas, tamaño perro.
2. $ IN MY POCKET ZINE no apoya la utilización de animales como entretenimiento. Somos conscientes de la existencia de diferencias que puede haber entre diferentes culturas y las respetamos.